La participación en la celebración del Tedéum fue la primera actividad desarrollada hoy por la presidenta argentina Cristina Fernández en Salta, como parte de los festejos por el 198 aniversario de la Revolución de Mayo. En la Catedral Basílica, llegó acompañada por el gobernador Juan Manuel Urtubey y su esposa Ximena Saravia Toledo, fue recibida con aplausos de los invitados especiales y con el himno al Señor del Milagro, que fue interpretado por la Orquesta Sinfónica de Salta y el coro de la Universidad Católica de Salta.
El oficio religioso fue presidido por el arzobispo de Salta, Mario Cargnello. Cuando se anunció la proclamación del Evangelio, la Orquesta Sinfónica y el coro de la Universidad Católica interpretaron el Aleluya. En primer lugar monseñor solicitó continuar construyendo la Nación que queremos.
“Elijamos nuevamente ser argentinos, desarrollemos los valores indispensables de la vida social. Sólo los buenos ciudadanos, que obren con inteligencia, amor y responsabilidad, pueden edificar una sociedad y un Estado más justos y solidarios. Renovemos el esfuerzo por cancelar cada día la deuda social que graba sobre nosotros y nos impele a hacernos cargo sobre todo de los más pobres”, dijo. Posteriormente pidió renovar el esfuerzo por consolidar el sistema democrático “desde el respeto a la constitución y a las instituciones de la patria”.
Cargnello dijo que “cuando el respeto a la ley constituye un bien adquirido cada ciudadano puede sentirse libre y proyectarse dignamente. Lo contrario pone a la Nación en un camino involutivo hacia la ley de la selva”.
Y se preguntó si esta generación será capaz de avanzar desde la “viveza criolla” hacia la “nobleza que compromete”.
En tercer lugar, el arzobispo de Salta pidió que “apostemos con audacia creativa y confianza renovada a la amistad social y al diálogo como camino para construir la comunidad nacional”. En esta línea el sacerdote resaltó que el espíritu fraterno hoy nos compromete a recrear los vínculos entre todos los habitantes.
“El diálogo es un instrumento eficaz para convertir la crisis, en oportunidad. Reafirmemos nuestra convicción de que una sociedad no crece necesariamente cuando lo hace su economía, sino sobre todo cuando madura en su capacidad de diálogo y en su habilidad para gestar consensos que se traduzcan en políticas de Estado que orienten hacia un proyecto común de Nación. Avancemos en la construcción de una Patria de hermanos. No neguemos a nuestros niños y a nuestros jóvenes una señal de esperanza”, subrayó Cargnello, poco antes de dirigirse a la Presidenta y pedir para ella la protección de la Virgen del Milagro. La homilía de monseñor fue seguida atentamente por los funcionarios del gabinete nacional y provincial, gobernadores, embajadores e invitados especiales que colmaron el templo mayor de los salteños.
El oficio religioso finalizó con las plegarias elevadas por representantes de las iglesias Ortodoxa, Anglicana, Luterana, Judía, Musulmana y Católica. Posteriormente se interpretó el himno de Gloria.
Finalmente el coro cantó el Aleluya acompañado por la Orquesta Sinfónica. Antes de salir del templo, la presidenta Cristina Fernández saludo a monseñor Cargnello y a los representantes de las otras religiones; y felicitó con aplausos la presentación de la Sinfónica y del coro de la Universidad Católica.