Por Alejandro Etchart
Muchas veces la ciencia parece tener la última palabra, pero hay veces que uno ni siquiera se imagina que se la puede seguir cuestionándola no solo desde la dialéctica, sino desde la realidad misma. En mis clases de facultad, me enseñaban que en un razonamiento lógico, si las premisas son verdaderas, la conclusión tiene que ser necesariamente verdadera; y si la conclusión es falsa, obviamente que la conjunción de las premisas, también lo es.
El conflicto del Gobierno con el campo, llevó a Metán a vivir hoy en un clima de vacilación dentro de un contexto de conflicto ideológico, sociológico, político y económico, que divide posturas enfrentadas provocando posiciones antagónicas que ter-minan fracturando el bienestar social. En este marco, es necesario no dejar pasar por alto algunas cues-tiones que pareciera ser que ni la lógica misma puede entenderlo.
El modelo kirchnerista desde sus inicios basó sus mayores ingresos en las retenciones – no copar-ticipables - del campo impulsando un modelo impositivo regresivo donde los que menos tienen son los que más pagan. El intendente Roberto Gramaglia se alineó a esta propuesta que la continúa Cristina Fernández tras suceder a su esposo en la presidencia, aunque la política del intendente comulgó con otra corriente ideológica desde sus inicios.
En las últimas elecciones la fórmula Cristina Fernández – Roberto Gramaglia (en Metán) obtuvo casi el 70 por ciento de los votos y desde entonces el intendente continuó un camino siguiendo las líneas de los gobiernos provincial y nacional. Sin embargo en estos días, Gramaglia se mostró a favor de los productores. ¿Cómo puede ser entonces que para las elecciones tenga una idea y en otros momentos otra? ¿Puede ser lógicamente correcto esto? ¿Se puede cambiar de parecer tan rápido?
El mismo intendente tuvo que caminar pasillos y enfrentar grandes trámites burocráticos y hasta llegar a ser mencionado en medios nacionales para lograr conseguir 9 millones de pesos para construir canales pluviales para evitar que la ciudad se inunde. ¿Es lógico que suceda esto cuando el Gobierno Nacional retiene 140 millones de pesos a Metán en exportaciones? Si descon-táramos del total los casi 6 millones anuales para programas sociales locales, ¿dónde están entonces los 125 millones de pesos que fueron retenidos y que nunca volvieron ni volverán en coparticipación? ¿Es lógico que Metán aporte esto al Gobierno nacional y que tenga que sufrir un decrecimiento en el padrón porque todos se van a otros lugares en busca de trabajo?
Produciéndose – aunque en menor medida - trigo en la zona, y aún con mayor razón, teniendo un molino harinero del que tantas veces se jactaron y lo nombraron en la campaña electoral, ¿es lógico que en el supermercado de calle Mitre un paquete de fideo cueste más caro que en el barrio más elegante de Córdoba, por ejemplo?
Los precios de los productos básicos en todo el departamento Metán, están más altos que las nubes. ¿Acaso en estas tierras no se produce alimentos?, ¿es lógico que se pague más caro que en las capitales provinciales siendo que se produce en esta zona? Mucho se puede argumentar en discursos bien armados, pero argumentar no va más allá de pretender justificar un dicho o un hecho que pretenden tener validez intersubjetiva aunque es susceptible de crítica.
La “buena razón” que impulsó al intendente Gramaglia a estar al lado de los productores en este conflicto, puede justificar una acción aunque ésta no se deduzca necesariamente de aquella. La mayoría de nuestras decisiones, aun siendo razonables, escapan al carácter necesario de la deductibilidad lógica y esto lo está demostrando Metán por estos días.
Como mencioné al inicio, para que un razonamiento lógico sea válido y su conclusión sea verdadera, las premisas deben ser verdaderas. Si las premisas son correctas, ¿qué está fallando en Metán?